Seguro que has sobrevivido a la violencia de demasiadas tormentas, marinos valerosos, noches de misterio, citas amorosas en la niebla, angustias de amigos y familiares de algún que otro náufrago (quizá demasiados)… pero a pesar de todo sigues ahí, con tu centelleante luz, alumbrando la costa y protegiendo la vida de los eternos navegantes… no te rindas nunca!
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