Ayer por la noche me senté un ratito en el balcón de casa a disfrutar de un pitillo (si…, de esos que no debería fumar por orden del médico…) y me he dado cuenta de lo gratificante que puede ser un poco de lluvia en esta época del año… como siempre se dice –después de la tormenta llega la calma- y eso es lo que percibí… calma… se escuchaba el canto de los grillos y algún que otro saltamontes que a estas horas y subiendo las temperaturas aprovechan el frescor de la noche para interpretar todo tipo de cantos… hasta vinieron a visitarme, en su incansable y fugaz vuelo, un par de murciélagos persiguiendo al plato principal de su cena –que, para su alegría, mosquitos hay… y muchos-, y si me apuras, hasta se escuchó algún pájaro, que apurado por llegar tarde a casa, iba dejando tras de si las últimas notas musicales del día… ventajas de vivir en el campo y que el constante ruido del tráfico no te moleste demasiado… el fallo… mirar al cielo y no ver las estrellas por culpa de las nubes… bueno, otro día será… siempre puede uno imaginárselas… siempre estarán ahí…
¡Feliz fin de semana!
Momentitos...!
ResponderEliminarmirar fijamente el precioso cielo azul cual malva real buscando luz,
haciendo zoom para llegar lo más cerca posible de un "simple calabacín" (a veces lo simple es tan importante... y no somos capaces de verlo...),
viajando con el mar, buscando pequeños y bonitos rincones... para conocer lo de cerca... a menudo más desconocido que lo de lejos!,
un poco de lluvia en el frescor de la noche acompañado de los "ruidos" del campo...
así es, lo importante es buscar y encontrar la calma, percibirla... y sobre todo disfrutarla... ... y como bien dices, aunque falte algo o alguien..., para eso está la imaginación... (que no nos falte!!!) y que tampoco nos falten las estrellas porque… aunque no las veamos, siempre están ahí...
Gracias por compartir tus “momentitos” y… gracias por ser y estar!!!
bicos y sonrisas
el placer de ese cigarrillo,relejandose, obsevando la noche. indescriptible.
ResponderEliminarun saludo
marian
hola, señor, estoy convencido que había más gente fumando ese cigarrillo, y que la lluvia calaba los huesos, pero no importa, es verano. un abrazo
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