Ruido, ruido y más ruido a mi alrededor, ensordecedor, maligno, repulsivo…
Todo gira muy rápido, aparecen las náuseas precedidas de fuerte sensación de mareo…
Entonces, cierro los ojos y me dejo llevar…
No quiero abrirlos, me esfuerzo en escuchar… y el ruido comienza a transformarse en silencio.
Sobrecogedor, frío, distante, pero agradable silencio.
Empiezo a oír el mar como un leve murmullo a lo lejos…
Fuertes olas al romper en la orilla, relajantes, lejanas y próximas a la vez en su eterno vaivén…
Ahora me oigo… ya no hay ruido!
Abro los ojos lentamente y encuentro paz en mi silencio!
(Reyes y Reinas, vagando por mundo perdido, entre el cielo y el infierno….)
Siempre el mar, inspiracion y, aun en su bravura, remanso de paz.
ResponderEliminarYo no sabria vivir sin el.
pues yo tampoco, siempre que necesitaba estar solo, me acercaba a su orilla y allí lloraba confundiendo gotas de agua salada con lagrimas, era como muy liberador.
ResponderEliminarun abrazo
Maile, Menalcas, este blog no sería lo mismo sin vuestras visitas.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasaros de vez en cuando.
Saludos.