martes, 22 de marzo de 2011

La próxima...


Un día de estos, después de no sé ni cuantos años –demasiados en cualquier caso- decidimos vernos  tres amigos de la infancia. En el encuentro, comimos, bebimos y como no… hablamos... Rememoramos innumerables historias de la adolescencia que compartimos hasta que el tiempo nos puso a cada uno en su camino y sacando adelante su propia vida; recordamos muchísimas de las fiestas y verbenas a las que fuimos, muchos carnavales, navidades, fiestas parroquiales, cenas, churrascadas, lágrimas –unas veces de alegría y otras no tanto- y por supuesto, muchas, muchísimas borracheras (atrevimientos de la adolescencia!)…

Mirando atrás, nos dimos cuenta de los diferentes que habían sido nuestras vidas a lo que habíamos planeado en su día, la cantidad de gente a la que dejamos a un lado en el camino (o nos dejaron a nosotros, según se mire!), los sueños que a estas alturas son ya imposibles de realizar…, nos contamos nuestros problemas, nuestras hazañas, nuestras alegrías y para cuando la noche tocó a su fin, cada uno volvió con su vida –o con lo que a cada uno le queda de ella- prometiéndonos –eso siempre pasa- que habría que repetirlo más a menudo y que la próxima vez sería mejor, como en los viejos tiempos –por supuesto, ninguno de los tres se lo cree, el tiempo no pasa en vano y las responsabilidades adquiridas por cada uno, pesan demasiado (la edad también ayuda)-

Fuimos conscientes de lo mucho que habíamos compartido a lo largo de tantos años, pero también descubrimos –para nuestra sorpresa- lo mucho que habíamos cambiado desde que nos “separamos”. Nos dimos cuenta de que ahora, apenas nos conocemos, lo poco que tenemos en común en nuestras vidas actuales y de que en realidad, de lo que hubo una vez, poco queda ya –que nada tiene que ver con el cariño que podamos tenernos-

Por muchos problemas que tengamos cada uno de nosotros en "su particular camino", los tres nos fuimos a casa con un sentimiento agridulce, una mezcla de nostalgia y alegría difícil de olvidar...

¡No dejéis nunca de creer, aferraros al sentimiento!

1 comentario:

  1. que nos queden los recuerdos siempre es bueno, la vida cada uno tiene que vivir la suya propia, sin cigarros de nostalgia, ni resacas de alegria. Ahora, loque si es cierto y lo tengo comprobado es que los amigos, si son amigos, no importa el tiempo que lleven "comunicando" por estar "hablando" con la vida, cuando se les necesita cuelgan y te llaman.

    Saudos e Saude, querido Optimus.

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