martes, 14 de diciembre de 2010

Vendamos lo nuestro!


Al margen de si eres religioso, católico, practicante, creyente o no de cualquiera de las religiones de este mundo, las piedras que componen mi ciudad parecen tener vida propia, te susurran al oído en cada paso que das y por ser el kilómetro cero de todos los Caminos es además punto y final de cientos de peregrinos que culminan en ella su particular vivencia.

Cada empedrado, calle, fachada, edificio, arco, balconada, soportal… cada uno más bello que el anterior. Callejones y pasadizos que conducen a la Catedral, Plaza del Obradoiro, la Quintana, Plaza de Abastos, al arco de Mazarelos, Platerías, Porta Faxeira que a su vez, abre el paso a la Alameda y el ensanche, la Universidad (con más de 500 años de vida a sus espaldas) y un sinfín de rincones con vida propia que resultaría imposible enumerar aquí.

Supongo que a cada uno le gusta la ciudad que lo vio nacer y lo ve crecer día a día. Como no iba a ser menos, a mí me gusta la mía, que además de lo anterior, ofrece buena mesa, buen ambiente y si la compañía es de tu agrado ya...!

Vale la pena perderse en sus calles unos días!

(Foto realizada desde el Claustro -Museo del Peregrino- de la Catedral)

2 comentarios:

  1. Bonita foto y bonita descripción de una ciudad maravillosa, ciudad en la que, como tú tengo el privilegio de vivir y así, poder disfrutar en todo momento.

    Cuando llegué a ella, lo hice de mala gana, y para convencerme y animarme, me decían que a Santiago se llega llorando, pero también se deja llorando... ¡qué verdad tan grande!, como he dicho, llegué llorando, a disgusto, pero........no puedo pensar en dejarla; sus calles, callejones, plazas, rincones maravillosos, con encanto, con embrujo (serán las meigas), y hasta su lluvia (quizás demasiado frecuente).

    Hoy has tocado uno de mis puntos débiles, por eso, por una vez, y sin que sirva de precedente, te dejo este comentario, con cariño, ya me dirás algo.

    Besos, y felicidades por el gran paso que has dado hoy.

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  2. No suelo entrar a comentar, y esto ya lo tenemos hablado, pero esta vez no me podía resistir. Poco más de puede decir en tan pocas lineas y tantos sitios quedan por citar. Si los propios hablamos así de ella, ¿que no diran los ajenos?.

    Saudos e Saude.

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